domingo, 7 de diciembre de 2008

ELFRIEDE JELINEK



Elfriede Jelinek, es mi autora favorita. Sin lugar a dudas. Es extraño como me empezó a gustar. Me acuerdo que cuando ganó el novel de literatura, creo el 2004, leí un reportaje sobre su vida y su obra en el Artes y Letras del Mercurio. Me pareció desde ese momento atractivo su discurso y ella como personaje. Ese verano fui al sur y pasé por Bariloche y fui a una libreria. Cuando los chilenos viajamos a Argentina nos surge esa necesidad de comprar libros, por lo menos a mi me pasa de una manera un poco compulsiva, es por eso del impuesto, si es màs barato COMPREEE, aunque después queden en el baùl de los recuerdos. En fin, en una tienda de libros me compré La Pianista de Jelinek. Pero no emepcé a leer esa novela hasta mucho tiempo después, en ese entonces tenía 18 años y estaba leyendo Cien años de soledad de García Márques, literatura casi opuesta en forma y fondo a la de Jelinek. La cosa es que pasó el tiempo y el libro estaba en un mueble de mi pieza. Un verano me fui a la playa a acampar con una de mis mejores amigas y llevé el libro. Me lo devoré rápido, porque hay algo en su forma de escritura que te lleva a no poder parar de leer. Es musical, ritmica, bueno ella fue concertista de piano y sin lugar a dudas eso se refleja en su escritura. Lo descarnado del relato pero de manera irónica y muy limpia es lo que me cautiva de su estilo literario. Después me leí Los excluidos (mi favorita) y Las Amantes. La forma narrativa, la palabras, la ironía, el humor y la descripción de los personajes son simplemente notables.

Y ella es demasiado cool y freak, tiene agorafobia y no sale de su casa, dio su discurso de aceptación del novel a través de un video porque le daba demasiado miedo presentarse en público. Cool, Jelinek es demasiado cool, y sus novelas son devastadoramente irónicas y críticas. La palabra. Todo está en el poder de la palabra.


Fragmento de "Las amantes":


" Así, en el transcurso de los años, se creó un círculo natural: nacer y empezar y casarse y salir y tener a la hija, la ama de casa o vendedora, generalmente ama de casa, la hija empieza, madre estira las patas, hija se casa, sale, se lanza del estribo, ella da a luz a la siguiente hija, la tienda de subsistencias populares es el centro del círculo natural de la naturaleza, en sus frutas y verduras se reflejan las estaciones del año, se refleja la vida humana en sus múltiples formas de expresión, en su único escaparate se reflejan las caras atentas de las vendedoras reunidas aquí para esperar el matrimonio y la vida. Pero el matrimonio siempre llega solo, sin la vida. Terrible, esta agonía lenta. Los hombres y las mujeres agonizan juntos, el hombre siquiera tiene un poco de diversión, vigila a su esposa como mastín desde fuera, la vigila en su agonía. La mujer vigila desde dentro al hombre, a las turistas en verano, a su hija y el dinero para el gasto, no dedicado a la borrachera. Y el hombre vigila desde fuera a su esposa, a los turistas, a la hija y el dinero para el gasto para apartar algo para emborracharse. Y así agonizan mutuamente. La hija ya no puede esperar poder agonizar también, y los padres hacen sus compras para la muerte de la hija: sábanas y toallas y trapos y un refrigerador usado, se conservará muerta pero fresca. "

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