lunes, 29 de septiembre de 2008

en la ciudad



Me paro en el páramo de cemento.
Respiro la ciudad.
Como la ciudad.
Soy la ciudad.
Ciudad de extremos.
Del norte al sur.
De un lado a otro.
Un campo que en realidad no existe.
Un campo hibrido y urbano.
Los animales muertos en la carretera.
Las bocinas a las 7 de la mañana.
La música que sale de los audífonos del tipo que va a mi lado en el metro.
Ciudad apestosa.
Ciudad hermosa.
Ciudad celeste.
Ciudad libre.
Ciudad con raíces.
Ciudad de flores y muros.
Ciudad de alfileres.
Ciudad city.
Ciudad cárcel.
Ciudad Cáncer
Que carece.
Crece.
Crece
Y crece.
Ciudad dividida por líneas.
Ecuaciones matemáticas mal resultas.
Nuestros próceres fueron pésimos matemáticos.
No creo en los padres de la patria.
Ni en Dios.
Ni en la virgen del Carmen.
CIUDADELA DE LAS CIUDADESTE ECONDES EN TU GRAN CIUDAD DE LUCES Y ATROPEYOS.
En la ciudad aparece el amor.
Los perros que nadie quiere.
Los autos que no avanzan.
Las personas que detesto.
Admiro.
Extraño.
Personajes que me confunden.
Decisiones que me atormentan.
Ciudad de miles de puntos de vista.
Extrapolada.
Inhalada.
Abúlica.
Irónica.
Atónita.
Disgregada.
Morbosa.
Maldita.
Impropiamente mía.
Mía y de todos.
Mía y de nadie.

1 comentario:

Catalina Araya Lira dijo...

me encanto, lo que escribiste una vez más me interpretas mucho, me encanta la ciudad y sus contradicciones, aveces odio la contaminación y otras veces sé que santiago no sería lo que es sin ella y casi que la empiezo a querer... me gusta que nos apropiemos de la ciudad que dejemos nuestro sello, que sea desordenada y unica.