miércoles, 22 de julio de 2009

cat power



Escuchar a Cat Power te transporta a otro lugar. A un bar. Con viejos fumadores de voces carrasposas.
Ella, que en realidad se llama Chan Marshal, es una mujer de 37 que se ve como una chica de 20.
Su voz es gastada y al mismo tiempo perfectamente afinada, una voz con carrete, con historias. La chica que se ve pequeña, tímida y extremadamente sencilla logra llenar el espacio de una manera impresionante, y de esa figura tan delicada emerge la mujer y la voz que le da vida a Cat Power, la blusera, la que te cuenta historias, la que te lleva a ese bar de viejos olvidados.
Las canciones son una mezcla de amor, sufrimiento y nostalgia, letras y música de una vida bien vivida y por ende bien cantada.
La banda que la acompaña completa la imagen, la sensación de gastado, de olor a experiencia, de blues, de jazz.
Como dijo mi hermana cuando salimos del teatro al Santiago lluvioso de ese martes a las 11, escuchar a Cat Power es como escuchar el soundtrack de la vida.

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